17/8/08

Mi corazón que explota

-un texto medio triste que encontré perdido por ahí-




Un niño al sur del mundo, con seis años de vida en su contra, no ha aprendido a hablar todavía, aunque como un niño de dos garabatea un poco de palabras al aire, camelo dice, cuando nos pide un caramelo. Lo ataban con el chancho cuando sus padres salían a trabajar, no podian cuidarlo y así con una caja llena de sus cosas, el bebé pasaba sus días atado. La gente dice, que un día se enredó la soga que lo ataba con la soga del chancho.



Silencio,
no ha aprendido a hablar todavía.
Así sucede por San Bartolomé,
que mientras un niño de Quinjeo también pasa sus días paseando por el pueblo, tampoco puede hablar, apenas sonríe cuando le gusta algo, y desea comer insaciablemente, tiene un retardo grande, su apariencia es de doce años, pero tiene diecisiete, no puede hablar y sus padres han preferido dejarlo pasear por el pueblo, sin comer, sin estudiar, sin crecer.

Así cuando regreso por la ventana del bus, a mis infiernos personales de la inmensa soledad urbana, veo a los caballos que ataron a un lado de la carretera, al borde del precipicio.
Un caballo resbala.
La soga que se tensa
mi corazón que explota.

En el ultimo asiento del bus, el Destino a veces parece reírse de que siga creyendo en la humanidad, y en las cosas que se construyen diariamente, porque cuántas veces me dijo llorando el papel de Sabato, que solamente las páginas de crónica roja de los diarios nos enseñaban la verdadera naturaleza humana, que puede decirnos la política neoliberal cuando un niño atado con la soga del chancho se enreda,
y se enreda tambien la soga que ata al caballo que se asusta por la velocidad de los carros a su costado.
echando el humo que habrá de asfixiarnos a todos,
mientras los últimos que decidieron permaner con corazón
lloran en sus espacios calmos
el infinito caos de la autodestrucción humana.
que cuando sabemos que ha existido la tortura, y esos hombres grises metían ratas por la vagina a las mujeres embarazadas, y esos hombres que se dicen revolucionarios maduros, realistas, pero no son más que intelectualoides reaccionarios me dicen que las condiciones objetivas tienen que agudizarse, que deben haber más ratas comiendo las luces de las mujeres que luchaban,

que debe tensarse todavía más la soga que sostiene al caballo, y al niño y al chancho, que deben suicidarse más espíritus frágiles que lloran la pena del mundo para ajustar la desesperación exacta en las condiciones exactas de la objetividad que solamente nos convirtió en objetos.

Que en algún punto de todo esto yo me hallaba escribiendo la historia de mi lenta muerte, con el temor que los años impregnaron a esta actitud cínica de mierda que el sistema impone, cuando solamente hubiese deseado acariciar toda la noche la cabeza de algún niño perdido que con mi corazón en su mano limpiara esta frente amplia llena de pesadillas, preparando con la testadura esperanza de nuestra ardiente juventud la revolución que habíamos necesitado.


2 comentarios:

rayuelarcaica dijo...

Vaya... no queda nada que decir y que decir cuando a uno lo golpean en la cara con la verdad? Que podemos hacer cuando sabemos lo que hacemos pero cerramos los ojos cuando lo hacemos? Que hacer cuando nos vale mierda deshacer los errores cometidos para ser mejor sociedad?

muy buen blog y muchas gracias por pasarte por el mio, me han impresionado las cosas que lei aqui, ojala haya mas por venir!

Un saludo

Danny Ayala Hinojosa dijo...

"abraza a tu amor sin dejar tu fusil"

Cierto, muy cierto