21/10/18

amuletos



Amuleto Diógenes


Abro hojas al azar
amanecen poemas sucios
los humedezco
caliento
leudo.

Invoco al chico más guapo de todos
al que partió mis labios con amor
antes de irse de mi vida
gritándome tu amor pequeño burgués de mierda.

Nos conocimos
en una casa vieja que hacía de Juventud Comunista
el Congreso ardía
los panfletos incendiarios
el Tribunal Electoral tomado.

Los recuerdos se vuelven implacables
duele tu muerte
pequeña
perversa
pusilánime.

Corto mi mano en cinco partes iguales
en cada dedo dibujo un corazón
el tiempo se come a los lobos que amé
los convierte en tímidos perros
lima los colmillos a las niñas que fui.

Control social, hegemonía
letra muerta al costado de tu frente
todos los días sueño contigo y tus viejos libros
dulce pan de tanto partir la boca
pronuncio tu nombre
para no olvidarte nunca
repito tu cara al viento
acaso el asco de ser gente y  no ser nada
un montón de huesos secos
en mi mano tu foto en Ingapirca
bañada en pesadilla matinal
endulzada en sangre de Pessoa
muerdo tu labio superior
te dejo leer a Walter Benjamin sin aullar
control social, hegemonía
y todo lo que eran tus ojos brillantes.

Amuleto Ekeko

El amor supura de tu piel como limón en la herida primera muerdo una cañita de azúcar de tu costilla impar bajo dos nubes negrísimas / gritas de dolor como un gusano que recorre  la cornea de los ojos mareándonos cada vez que tu ajna se fijaba en esta  mentirosa que hacía algo de escritura dialéctica y que quiere como quieren esos monitos que quitan los piojos a los otros / el río Tomebamba avanzaba hacia la Calle Larga / cultivamos dos hermosos perros cafés que ladraban cada vez que llegabas a mi cama llena de lavanda y huesos negros / la cuenca del río inundó tus parpados y te hermanó con la madrugada como acción directa como acto terrorista te volvió instrumento de mi alma huella de mi mano que señala tu pupo palabra quechua que preña a los que vivieron en estas carnes / todo esto es una fogata íntima que arde como oráculo chino para llamarte a mi vida / en el ruido obsceno del primer noticiero de la mañana montanas de basura, flotas desaparecidas de flores de mierda / intuyo que rascas la panza del Ekeco como yo.

Amuleto Cobija 

Todas las noches
tu cuerpo claro
tu barba larguísima
un brujo sentado como yogui
un sueno interrupto por las luces de la calle
y los rasguños del demonio.

En un rincón de la calle
invariablemente onírica
me hablas me perdonas
me coses dos dedos más de frente
impregnas de alcohol
los recuerdos asesinos
un viaje a la playa en tu carro carcomido
parte de mi almohada
a la tuya
como en un dibujo de Alex Grey
me conecto a tus venas
en la madrugada
mientras abrazas a tu novia de siempre.

A las cuatro y veintiséis
mis ojos se abren repletos de sangre
mi alma viciosa tiembla
te extraña
se golpea contra las alcantarillas del Espíritu.

No hay comentarios: