Paisaje sin subte
Al borde del Río de Plata
tiwanakus mashan bajo la Luna
un niño escribe con piedras diminutas su nombre
se paspa las mejillas cuando ríe.
Un lago del tamaño de tus dudas
un presidente del tamaño de tus dudas.
Tus ojos se clavan en mis manos
intento no marearme
nos acostamos en la mitad del césped
siempre azul
La Paz y frío
bajo el sol que rasca y no calienta.
Corono de flores el camino
a tu boca milagrosa
certeza de león ebrio
que soborna al muñequito del mercado
amanece
nos hacemos los muertos
un bocado de alpaca en tu labio inferior
lo muerdo
encontramos una callecita a Perú
y nos vamos.
Canción menor en La Paz
Poco a poco
perder el miedo
comenzar el viaje sola
Un ángel cabrón me cuida de mi misma
Dios tiene en una mano en el mundo
en la otra las drogas
yo tengo en la una mano el miedo
en la otra las drogas
Pido a la bruja indígena
un amor.
Respiro hondo
cerveza con hojas de coca
prendo la televisión
intento de asesinato al presidente de Venezuela
la prensa europea anuncia la bondad
del terrorismo del tercer mundo
cloaca del periodismo
tercer mundo otra vez
la vida siempre la misma
nada arde hasta que todo arde
nada importa hasta que todo importa.
Federici fuma en una matiné feminista
me pierdo en la noche
los niños venden sus artesanías
una taxista sube el volumen de su radio
intento de asesinato
qué puede ser un poema sino un collage de la vida
no vivida
de la vida que intentamos vivir
caigo en la superficialidad
y peco
me cago en Dios
pero peco
la coca barata en la plaza Murillo me reconforta
intento de asesinato
música que suena en el teleférico
hasta que el tímpano se rompe
y entran hombrecitos deformes
a decir que ha terminado.
Tienes miedo
Tienes miedo a la pobreza
a los colchones amontonados
a los niños amontonados
en cuartos diminutos
donde el cilindro de gas
descansa en la mitad
cocinan
a un costado
lavan sus cobijas
en tinas de agua
con el frío del Altiplano
comen con la cuchara lavada siempre en el mismo balde
las toallas cuelgan en las camas.
Una televisión vieja
anuncia electrocutarse.
Tienes miedo a que sea de verdad
que los pobres también ríen
a carcajadas
desencajando sus mandíbulas
y que ríen y que follan
tiernamente.
Tienes miedo a los niños
que vacían los basureros
en la madrugada
mientras hombres y cuchillos
aguardan.
Tienes miedo y te salvas
porque los libros marxistas
pululan en tu casita
persignada con un cuadro de Siqueiros.
Los pájaros negros
llenan las almohadas de ratones
comen el hígado de prometeos recién nacidos
de los pisos llenos de peruanos
colombianos
cholos
negros
y putas.
Dos niños se penetran
sangran
Los buses van llenos
a la periferia
siempre
a la periferia
conventillos
pollo mil veces frito
en el aceite de un camión
que parte sin demora
a las cuatro de la mañana
en la niebla siempre
y hacia la niebla siempre.
Salar
Al borde de un espejo blanquísimo
dos montañas han decidido
separarse
El hijo parte
la madre llora.
La leche de sus pechos redondos
se junta con la lluvia
hace un salar.
Pequeñas gotas resuenan
en la débil superficie
todo se vuelve salado
una niña lleva sus alpacas a dormir
su corazón caluroso no sabe
del frío que hace.
Un turista argentino se sienta
al borde
su gorra azul lame las nubes
-llueve sal
litio congelado
se abre un surco
la sal agrieta sus manos
un barquito se sumerge
entre dos nevados colosales
y el lago despierta
inagotable-
su espalda marca la pregunta eterna
cualquier perfil
al borde del lago
como si algún día vislumbrara
el amor maravilloso
que abre las puertas oxidadas
de cada canción mal escrita
asquerosa de tanto dulce
amor mío
jardín que espero cada día
cuando llegues te regalaré estas hojas
claro oráculo en la mitad
de un país sin mar.