“Es sexy no ver ciertas barbaridades: megapenes, supertetas,
penetraciones extremas, corridas imposibles, posturas de ciencia ficción,
argumentos ridículos, ropa y decorados baratos… Evitando eso se construye un
universo sensual e inteligente, apto para gente crítica”. Erika Lust
“(…) mientras que el momento farmacopornográfico es de sobreadicción,
sobreconsumo, destrucción. Como si nos hubiéramos dado colectivamente las
condiciones de nuestra propia destrucción y estuviéramos de acuerdo.“ Beatriz
Preciado
Es inevitable que no hayas visto una porno. Que no te haya
llamado la atención, que no tengas una historia que contar o que no hayas
pactado un imaginario con respecto a los desnudos de la pornografía. La sola
palabra retumba rimbombante, tiene peso propio, va más allá de la curiosidad
adolescente y se activa en nuestro cuerpo nocturno, incendiario.
La discusión por el porno es viejita en los círculos
feministas, pero como siempre en mi pequeña y querida ciudad es mejor no
hablar de ciertas cosas como diría Sumo, y aunque mi abuelita vea porno, seguiré negando hasta el
cansancio que el internet bien habido es que el que se destina para bajar
"películas para adultos".
¿Condenamos las pornos? Pero desde qué ángulo, porque es diferente si lo condenas porque,
1.
trata a la mujer como un objeto, (la mujer como
carne para comprar, maltratar, comer),
2.
por una actitud curuchupa (el porno se ve a
oscuras, en privado, sin que sepa la novia),
3.
por una moral más bien humanista (somos más que
un cuerpo, somos seres pensantes),
4.
por una justificación espiritual (no está bien
ver porno porque no se acerca a la espiritualidad, la niega, la evita)
5.
porque es un negocio patriarcal (involucra trata
de blancas, prostitución, narcotráfico, maltrato) o
6.
simplemente porque refuerza los estereotipos de
la pareja occidental (la suca chuchona sometida, sin vellos, el hombre
musculoso, castigador).
Estar en contra es fácil, hay un montón de lados por el que
puedes jalar, de donde puedes argumentar, pero más allá de eso no podemos
darnos el lujo de mirar para otro lado, todo lo que pasa bajo este cielo no deja
de ser político (así quieras vos, así refunfuñes o así te frustres).
Yo también consideraba que el porno era un negocio sucio,
una suerte de explotación consensuada, sostenida por el machismo, pero y qué
pasa cuándo hay activistas haciendo porno, escritoras o militantes feministas
reclamando el porno, (es refrescante encontrar gente como Coral Herrera, María
Llopis, Diana J. Torres, Beatriz Preciado, Erika Lust, Annie Sprinkle, Virginie
Despentes) Y entonces, qué pasa cuándo quitamos el seguro (click!!) que tenemos
sobre nuestro cuerpo (acaso un rezago católico del inconsciente colectivo) y
decidimos que NADIE puede explotar algo que
YO mismo he decidido poner sobre la mesa, sobreexponerlo, sobredimensionarlo, politizarlo
y hacerlo público, cuando soy consciente de que mi desnudez es eso: desnudez, y
sobre todo cuando queremos tomar el porno para darle la vuelta, para hacer con él
un reclamo de que el porno sea más real, sea de las vaginas más diferentes, de
gente que no sea toda culona, ni todos musculosísimos, ni sólo un primer ángulo
genital, porque los seres humanos somos ante todo, a diferencia de los
animales, el único animal que erotiza, que se activa con la imaginación.
Post porno para el pueblo! O por lo menos para el que
quiera. Que nuestros adolescentes no descubran al sexo viendo pornos gringas,
ni que crean que sexualidad es genitalidad, pero tampoco la oscura hipocresía
de decir que no ves porno; hay un porno que
sí merecemos, y que va más allá del estereotipo, pero que es difícil de
encontrar, hay cosas que nos asustan porque gracias a la Cultura Dominante no
tenemos conocimiento o vinculación con ello, te parece raro que una embarazada
tenga a sus hormonas gritando por placer! Desvinculemos la maternidad de la “pureza”,
y la reproducción de género: hombre – mujer, dónde quedan el trans? el queer? los homosexuales? las lesbianas? la drag queen? los f2m, m2f? los contrasexuales? los los que alternan, varían o por lo menos no prefieren siempre lo heteronormativo?
O tal vez como el porno de Erika Lust, que habla de emociones y pensamientos.
Porque creemos (grandes cojudos) que lo excitados que nos
ponemos es puramente instintivo, y resulta que mamita Cultura nos enseñó que
para excitarnos el cuerpo debe ser de cierta manera, con ciertas dimensiones y
si no hay ningún pelito a la vista mejor, pero BASTA! el cuerpo debe ser Liberado y Tolerado, ya no
más cargar a nuestros cuerpos como una cruz, mutilarlos, ocultarlos y/o menospreciarlos.
Por un pornoTrangresor, pornoPunk, pornoNuestro!, Post-porno para el
pueblo!.
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