22/5/15

Epílogo


Que haré con el poco buen humor que me queda Las ganas de incendiarte el corazón Los pocos tabacos salvos Estás tan hermoso desde que te fuiste Ver morir a ese toro me pone tan llorona, y que el Partido Comunista haya traicionado Ese día en que fuimos menos que irrelevantes Algo así no debería dejar trascendencia Esta nostalgia puede ser un río que sea algo así como una declaración de principios, porque nada más sujeta la tierra Tus manos que temblaban aquel lunes en que la lluvia se comió la ciudad Nuestro hijo que nació entre dos llantas negrísimas, cuando el cielo alumbraba lo último bueno que quedaba dentro de mí Te acuerdas como éramos entonces, entre las paredes llenas de poemas Tu risa que rompía el viento, los orgasmos más tristes, eso sí, para luego llorar como locos y separarnos por un tiempo Hasta que regresabas como los gatos aruñados Yo te esperaba Los nazis habían vuelto y los espectáculos y los circos llenos de elefantes flaquísimos y tigres sin fuerza ya ni para caminar No había algo más triste que la sonrisa del chanchito que con una lanza y mucho fuego muuuuuuucho fuego, fue resurrecto hornado para adornar esos domingos sin pena ni gloria, tan familiares, pero yo no tengo familia, mi madre me odiaba Entonces los años en el colegio sin encajar, los conciertos, las fiestas El punk que resplandecía tan puro Los mantras para llamar a la alegría, pero todo era nada, y las mineras se tragaban la tierra, y los revolucionarios se hacían dogmáticos, Y el Panóptico Y el psicólogo me diagnosticaba ansiedad flotante y tan cerca del trastorno fronterizo pero Tan cerca da risa Cerrabas la puerta con aldabas para protegerte de las pesadillas Cuando me dormí encima de la radio que ponía esa salsa tan triste Cuando en la bicicleta pudimos bajar riendo esa montaña de cemento Los periódicos nos llenan de herrumbre Somos hongos que alcanzamos a cerrar los ojos cuando esa música coloreaba Tu amor pequeño burgués que cree que la gente es propiedad de alguien más dijiste Todos los chicos No recuerdo bien Ahora son uno, todo lo que viene se queda doliendo  Nuestra casa de huérfanos, aquí lloraba hasta ese man que tenía músculos y esa chica que fingía ser imbécil para ser amada Mis trece almas lloraban juntas todo el tiempo, oh por dios, todo el tiempo Leía las odas de don Neftalí para sentirme menos miserable En los cassetthes sonaban esos programas viejos de la radio que grabé para papá Y ahora tengo una casita donde siempre hay azúcar y detergente y vodka y fuego Y mi hijo no cree que soy mala Y ya no necesito las clonazepán ni tu amor ni el amor de dios Y ahora tengo un lugar caliente para escribir esto que no sirve para nada Porque nunca dije que podía escribir Solo fue una forma de salvarme. Tan cerca que da risa Solo fue una forma de salvarme