16/2/09

el arte de la banalidad

-o algo sobre el hermoso niño perdido que quise-


Los pocos amigos que me conocen y que con certeza saben ser mis camaradas y hermanos, saben que yo me enamoro casi tres veces al día para poder llevar la higiene espiritual.

Que cuando crecí con girondo él me abrazaba al futuro diciéndome, tal como le dijo su abuela a él: