23/1/17

Veinte líneas

Este pequeño poema aparece en la antología artística Wiwasapa, cuyos fondos serán destinados para las víctimas del terremoto de abril de 2016 en Ecuador, y tiene poesía, fotografía, ilustraciones de gente de este lado del charco y del otro también.



Veinte líneas
entre tus labios 
y esta tijerita para recortar los puntos
que adornan tu cuello.

Guapo inmundo
que aprietas el acelerador
para ver si entendimos algo sobre nuestro vacío
somos hojas del árbol de Camus
un instante que no alcanza  la satisfacción,
veinte líneas
de un dealer más guapo que vos
con los dos iría a esa casita en Lima
a fumar viendo la ciudad que no florece
porque Lima siempre está gris
y tus labios son la noche
y la noche me chupa los lóbulos
y yo a ti te chuparía cada huesito
cuando mueras.




Mis clases de filosofía

-o de cómo queríamos cambiar el mundo-


Este textito fue publicado en la revista Indicios del Colegio Asunción, en una edición de aniversario, me pidieron enviar algo sobre los recuerdos del colegio, y esto sucedió así:



Recuerdo con cariño siempre las clases de filosofía. Recuerdo un periódico que hicimos en el colegio y las ganas que teníamos de cambiar el mundo.

Las chicas de Sociales, teníamos en común que no nos gustaban o no entendíamos la rigidez de las matemáticas o los principios químicos, pero nos llamaba la atención eso que decía Platón sobre las sombras y la caverna.

Es complicado hablar de la Institución Educativa como tal, de cómo aún no logramos conciliar la creatividad y el interés con el contenido y el conocimiento requerido.

Me gustaba leer, en general, novelas, cuando llegamos a Sociales, me sentí como en casa, había algo en el aire que cuando eres adolescente y te da paz, es casi mágico.