13/5/16

dos poemas a blanco y negro





Cabecitas cortadas de jilguero*

“Yo a vos te pusiera la hembrita”,
dijo mientras abría mis heridas,
“se llamará Dolores, y va a nacer en Cuba”,
murmuré mientras lamía la tola
y sonreía amortiguada.

Dios Rock quítame tanto dolor,
envíame al oso de “The Revegnant”
y que me despedace,
bajo el hacha de la última luna,
en pedazos que sirvan de souvenires,
para yonquis melancólicos.

La noche llega criminal a mi corazón,
mi corazón es un cenicero sucio,
un carnicero que siempre está borracho,
un baño público en el Infierno.

Y en las calles cerca del Terminal,
en un hotel de un Norman Bates criollo,
la fiesta comienza y termina,
sola,
en mi habitación,
con un disco de Camilo Sesto  y un muñeco vudú,
que repite
tu nombre bajo el ruido de la autopista,
en el recuerdo de esa manía tuya de morir,
mientras desnudas a mi mejor amiga,
y yo me quedo sin llorar,
puta madre,
sin llorar.


*a propósito de un cuentito de Eliécer Cárdenas




Cada despedida merece una pequeña muerte 

Es doloroso pasar tanto tiempo con alguien,
para que al final resulte un desconocido,

/¿Me escuchas Clementine?/

El recuerdo es un dolor,
que hierve bajo la angustia de los días,
pequeño insecto nocturno
que resbala por las orejas de la noche
y hace que te extrañe

sin piedad,

si pudiéramos robarnos este bus destartalado
de fiesta de pueblo,
que a veces se transforma en gusano motorizado
para niños que odian su casa,

si pudiéramos robarnos,
las noches de borrachera
cuando cabreado y solemne
gritabas que odiabas las cosquillas

o cuando mentiste que sabías poner inyecciones,
para que no tuviera miedo
con esa fiebre de mierda,
y tuvimos sexo como animales
con la gripe
y la nostalgia
de saber que un año después
me odiarías como se odia,
el himno nacional a las cinco de la mañana,
y desdentados,
sangrando,
con el cuchillo bajo la garganta,
caballitos de anís maltrechos,
bebiendo el amor inútil de la última pelea
sabemos que ésto es el final
y que no quedan suficientes hojas en este libro,
para comprar para pagar para alquilar para soñar
un final feliz.