Viernes 3am

"Una revolución se había llevado parte de mi familia. Había sobrevivido a la guerra, pero una historia de amor banal casi me mata."

dijo Mari en Persépolis, y si, me habían roto el corazón, calavera anduve por las calles con mis heridas al aire, siempre he creido que el amor es una parte importante en la lucha consecuente de cada ser humano, pero a veces dejamos que nuestros días se oscurezcan, descuidamos el espíritu y maltratamos nuestro cuerpo por algo que no merece tal.

Hubo de pasar mucho tiempo para volver a escribir, decía Sábato que una sola tragedia personal es más grande que si diezman el África, qué diré, ha pasado mucho: caos nuclear en Japón por el terremoto, Osama muere en manos de un Obama más terrorista que él, una consulta popular que dividió a mi país que dejó entrever la verdadera izquierda, Europa gritando revolución, Libia mutilada por las ambiciones imperialistas, en fin, muuucho ha pasado y yo no podía escribir.

Pero es cierto, hay cuestiones más profundas, las del espíritu y las del mundo creado, contruído, consecuente, el amor que destruye es cualquier cosa menos amor dijo la dianita, y concuerdo, una sola lágrima derramada y concluí, ahora viene un nuevo rugido.

¿Es coincidencia qué Sábato muera el día en que se casó el principe Guillermo?, no creo, creo que murió de asco, en un mundo de torturas de exportación, pesadillas compartidas, imbéciles ganando dinero, jóvenes sin esperanza, flores muertas.

¿Es coincidencia el masivo recibimiento a Zelaya, después de la traición de Porfirio Lobo y todos los ataques y muertes sufridos por el pueblo hondureño? No creo, es esperanza y es acción.

¿Es coincidencia nuestra tristeza con la decadencia y depresión del arte? 

La consecuencia de esta falta de arte verdadero se ha patentizado por la corrupción de las clases que padecen esa falta. Todas las teorías confusas e incomprensibles sobre las obras de arte, y en particular la persistencia con que nuestro arte se enloda y atasca en el camino; todo esto es consecuencia de esta afirmación tan repetida, a pesar de lo absurda que es: que el arte de nuestras clases superiores es el arte entero, el verdadero, el universal, el único.  Aseguramos que el arte que poseemos es él solo, arte real. Y sin embargo, los dos tercios de la raza humana viven y mueren sin tener noticia siquiera de este arte único y supremo.  (Leon Toltstoi) Entonces no es coincidencia es falta de compromismo del arte con la gente y su sumisión en el barro de la autocomplacencia.

Eso es, perderse, perder el equilibrio, partirse en dos, pero regresar a las cosas fundamentales, en búsqueda del ser humano que trasciende como proyecto, del hombre al que hacía referencia Sartre, y yo ya no iba a volver a mis oscuros laberintos, ya había pasado demasiado tiempo en ellos y ahora menos por un hombre, repito en silencio antes de dormir la oda a la alegría de Neruda:

Pensé que solamente
si quemaba
mi corazón
la zarza del tormento,
si mojaba la lluvia
mi vestido
en la comarca cárdena del luto,
si cerraba
los ojos a la rosa
y tocaba la herida,
si compartía todos los dolores,
yo ayudaba a los hombres.
No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.

Oda a la Alegría
Pablo Neruda