11/11/14

No hay en el mundo más que un segundo para desaparecer

poesía de la edición Gusano de Fuego
cinco poemitas 


Primavera

En primavera,
no se permite odiar,
sólo tirar libremente,
pensando en los aires que llegan desde el sur,
los bailes que se inventan jugando a no dormir,
la alegría fermentada en la última botella,
el par de líneas que el baño nos regaló,
el aroma de la niña que nunca llega,
de la muerte que por puta se quedó en el terminal,
por eso fuimos felices,
por eso en Cuenca no existe la primavera

(salvo cuando la llamamos 432 veces seguidas sin cerrar los ojos)

No hay en el mundo más que un segundo para desaparecer

El éxtasis de la sumisión,
nos alumbra radiantes,
rotos los labios,
destrozados los nudillos,
la herida del tiempo,

ya no nos servimos palabras,
ni agua
ni nada,
sólo circo
y este corazón maltrecho,
que se impulsa
loco entre los mamarrachos de la noche

no queda más

y almuerza sin hambre, 
se duerme en la avenida,
el caos del ser, 
la edad

- quisiera creer que yo escribía esas cartas -

angustia, impulsos,

debe 
llover, 
llover, 
llover.

Matías

Pequeño copo de nieve, 
crecer no es nada, 
a tu lado la gata teje bufandas,
la televisión se apaga,
el espacio deviene en brisas,
la ternura deja la formalidad
y se acuesta entre nuestro dolor,
nos deja ojeras,
nos deja abismos,
nos hace personas.

Pequeña frente iluminada,
respiras alegría en la madrugada y llovizna,
el tabaco se ha ido,
la penumbra sabe a oración lejana,
despacito entre los días,
entre las almas viejas y los automóviles,
el mundo deja
de ser mundo,
y hay un pequeño universo
en tu nueva risa.



Noviembre

Que habré de olerte por partes, taciturno, intuyéndote, adivinando tu última frase, recordándote en el café. Tuerce este destino. Llévame, realízanos. La luz es tenue. Haz de mí tu cobija, extravía este dolor viejo, juguemos a inmolarnos. La hora del día sigue siendo oscura, la alarma del reloj no grita todavía ni desgarra este intento de buena suerte. A mi lado el demonio se agita, diría Baudelaire, y yo digo, que a tu lado mi corazón se incendia. Palabras dulces, el último ensayo para ser una mejor persona. Y si no sirve, tira esta llave a la basura, olvídate de mis horas cóncavas, dame el beso de la buena noche, devuélveme el placer del vacío. 


Amanece

Amanece,
es un dulce verbo,
canción que suena en la radio dañada,
camino que se alarga,
infinito humeando en la taza de café,
basura que viaja por la calle vacía,
voces apagadas de un incendio
(las veces que creí que dormías porque cerrabas los ojos)

Amanece,
cada hermoso intento,
luces que besan los parabrisas,
viejos que se distraen en la piscina para niños,
brillo del milagro mal realizado,
el chuchaqui abrazándonos ligero,
aquel mundo olvidado tras la noche¬¬
(las veces que creíste que dormía porque cerraba los ojos)


Amanece,
impasible piel adentro,
entre el cielo naranja arrancando páginas,
viento que llega cuando llegas,
perro nocturno sin ladridos,
la iglesia desierta, helada;
y mi lengua que respira con tu aire
(las veces que cerramos los ojos al mismo tiempo)


nota: la gatita de la foto es alejandra, una gatita vieja mía, hermana de antonio.

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