Poemas desde el Mar

I

“¡Átame a los viajes como a un poste,

que la sensación del poste me entrará espinazo adentro

y yo lo sentiré como un vasto espasmo pasivo!

Haz de mí lo que quieras, mientras sea en los mares”.

Alvaro de Campos

Explosiones blanquísimas

violentas

partiendo cada azul,

demasiado es decir algo,

cuando el absoluto llega a rompernos

intermitentemente.

el MAR

con mayúscula como cuando dije

TE AMO

hay que defender la palabra

del tiempo y las soledades

responsabilizarnos

de cada línea

si digo

cama, piedra, arena, amor

con cuidado aunque la desbaratemos,

la lamamos, la violemos, le saquemos la puta,

pero siempre acurrucada

sublime

bajo el vientre,

MAAAAAAR

cada letra con su carne propia,

resuena el infinito rugido de león,

el viento preña perros que juegan

hasta el amanecer, borrachos,

preferimos ignorar que somos fuertes,

que podemos decir adiós, dejar a quien amamos,

hacer la revolución, ser solos, construir puentes,

viajar sin equipaje,

nada es eterno

sólo el mar,

tu amor no le importa,

y viene limpio, paciente, fuerte

tanto,

que necesito tomar aire para respirarlo mejor,

MAAAAAAR.

II

“Poder reír, reír, reír abiertamente,

reír como un vaso al derramarse,

absolutamente roto por rozarme

con las cosas,

herido en la boca por morder cosas,

con las uñas sangrando por agarrarme a cosas.

Y después, dadme la celda que queráis, que yo me acordaré de la vida.”

Alvaro de Campos

Vírgenes de Fátimas que salieron del mar,

haciendo el amor frenéticamente,

dulces olas que arrancan sus brazos,

y los agitan, saludándome de lejos,

yo quieta, triste, sosegada,

sonrío como los perros después de comer,

la noche sube y parpadea,

¡deja de pensar Gabriela!

¡deja de amar, deja de odiar!,

¡deja de tener ansias y nudos de garganta!,

corre al mar y entonces respira el fondo,

hondo,

soñando esta vez por fin,

en no-ser.

III

“Sin duda las islas de los mares del Sur tienen posibilidades para el sueño

y los arenales de los desiertos todos compensan un poco a la imaginación

pero es en mi corazón sin mares ni desiertos ni islas donde siento,

es en mi alma vacía donde estoy,

y me narro prolijamente sin sentido, como si fuese un tonto enfebrecido”.

Alvaro de Campos

Así estaba el corazón, (sin decirlo abruptamente)

no es malo,

en realidad puede ser reconfortante,

el vacío llega a recogernos sin responsabilidad,

estaba completamente destrozado

llegado de oleajes, terremotos y campos de concentración,

tirado e inerte, como los pedazos de animales

que venden en el mercado a eso de las nueve,

sólo una víscera carnosa,inmunda y despedazada

en la playa cuando ya empieza a atardecer,

corren los niños alrededor y como de costumbre,

con una larga rama empiezan a pincharlo

a ver si tiene vida o qué mismo es,

se tapan la nariz, otro muerto,

y corren un poco más allá

donde un inmundo borracho no respira

y lo pinchan y lo pinchan y lo pinchan

pero este señor como ahogado refunfuña,

está un tanto vivo,

lo bueno de tener un corazón muerto

es que ya nada duele, nada lastima

no puede sufrir un calambre la pierna amputada

la luna sale amable sin peso,

los niños van a casa y yo soy feliz.