-apuntes sobre cómo la objetividad nos imagina-
Recuerdo la televisión prendida mientras
almorzábamos los domingos con mi familia, aquellas tardes sin nada que hacer,
en aquellos restaurantes de la carretera, recuerdo a mi abuelita que cuando
envejeció hablaba con el joven de las noticias del canal cinco, se reía y le
decía que le quedaban bien los anteojos.
Con el tiempo dejamos que las muchachas bonitas de la tele se parezcan
mucho a las que llegábamos a admirar en la realidad, no nos dábamos cuenta que
sin querer aplastábamos el botón del aparato ideológico y nos quedábamos
acariciando las heridas.
A veces creemos conocer los hilos que nos sujetan,
pero no es tan sencillo, nuestras frases diarias contienen cierto hedor a
influencia mediática que ya nos es imposible saber a estas alturas, si
conservamos algo de instinto o si somos animales culturales y sí señor,
mediatizados, del sabor más dulce o agrío que prefiera, pero mediatizados.
Para hablar de los medios de comunicación, tenemos
que abrirnos a una reflexión menos intelectual y más humana, porque no es un
chiste que hayan niñitas que mueran de anorexia, ni princesas que ocupan el
lugar más importante en noticias internacionales, ni que unas fuerzas armadas
revolucionarias sean presentadas a diario como simples narcotraficantes para
justificar su asesinato, el descuartizamiento de sus cuerpos, la distorsión de
su ideología; tampoco es una broma que mis alumnos de catorce años quieran ser
sicarios o esposas de sicarios para protagonizar la nueva novela de moda en esta
aldea global, ni que mis amigos revolucionarios sigan justificando sus gustos y
conversaciones sobre mujeres en cánones eurocentristas, ni que más neonazis sigan
partiendo los brazos de adolescentes que piensen diferente.
Las desigualdades no han desaparecido con la
tecnología y la industria, la acumulación de riqueza ha seguido siendo la
piedra angular de la historia del hombre.
Los Estados poderosos se unieron, grandes alianzas se fortalecieron, (el
G7, los Tigres Asiáticos, la OTAN ,
los brazos del Imperio como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional,
la policía del mundo como la CIA
o el FBI) todas estas representaciones de una hegemonía galáctica se ve
representada de igual manera en el mundo de las Telecomunicaciones y de la
Información. Corporaciones como Telefónica, Sony, Microsoft (de distintos tamaños y
colores, pero que controlan el mercado y el lobby gringo) y trasnacionales de la Información
representadas en grandes canales como la
FOX , la Sony ,
la Warner BROS ,
y enormes cadenas de noticias como la
CNN y la BBC ,
nos presentan el perfil del hombre actualmente comunicado, tristemente
cosificado y políticamente manipulado.
El 98% de las noticias internacionales provienen de
la CNN, en los últimos años el 100% de las publicaciones de Tiempos del Mundo tienen
una noticia referente a las maldades de Chávez, nos levantamos con las
publicidades de Unilever, cuyo Dove arregla la piel humana y enferma las selvas
tropicales de Brasil, a los niños que trabajan en las plantaciones y a los
animales que utilizan para los experimentos.
Pero ¿existe una
objetividad como promulgan pequeños burgueses y el televidente corriente?, no,
existe el proceso de la responsabilidad, la responsabilidad al lado de cada
noticia, de cada programación, de cada publicidad y propaganda, que debe estar
del lado del pueblo, lo demás es un cliché de los medios (que como diría
Ramonet ya no son medios sino actores políticos) qué paradójicamente introducen
el concepto de libertad de expresión como libertad de consumo, y que repetido y
aceptado por la sociedad, termina cayendo en un juego ridículo de significantes
sin profundidad.
Es tarea difícil
pero imprescindible el desprendernos piel adentro de los estigmas que desde
niños nos repite la televisión, el machismo, el racismo, la falta de solidaridad,
la falta de investigación, de lectura, de análisis, de criterio y crear con la
contracultura y la contrainformación, una plataforma internacionalista, desde
los medios comunitarios y el internet, donde el debate se profundice, se
simplifique, se radicalice y lo más importante, sea ampliado.
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